La Tercera Fase y el Tercer Entorno

febrero 08, 2009
Hoy en día, nos sumergimos en una tercera fase o entorno que hemos de aprender a asimilar, pues de la mano de aquella van infinitos conocimientos tecnológicos de los cuales, muchos de ellos, superan nuestro arcaico entendimiento. Hemos de estar preparados para el resurgimiento de una nueva era digitalizada, que está siendo analizada por ingeniosos científicos de la lingüística, tales como Raffaele Simone y Javier Echeverría. A continuación vamos a simplificar la visión de dichos estudiosos en cuanto a este nuevo escalón en el espacio social.

Raffaele Simone nos ofrece una perspectiva un tanto ambigua y negativa en cuanto a lo que él denomina la “tercera fase”. El lingüista afirma que los conocimientos que ésta nos ofrece se presentan menos articulados y que existe una clara degradación cualitativa del saber inmerso. Por tanto, podemos atisbar cómo Simone se declina claramente hacia la primera y segunda fase, ya que en éstas subyace el habla y la escritura como tal (la inteligencia secuencial), y se aleja de la “inteligencia artificial” o “simultánea”, que está basada en la cadena de imágenes y sonidos que, según él, anulan nuestro vago entendimiento. Simone argumenta que cada día son más numerosos los conocimientos que puede abarcar la tecnología, no obstante, insiste en que nosotros no estamos aún preparados para poder afrontar la enorme cantidad de información vigente, pues las nuevas tecnologías requieren de sabios conocimientos no al alcance de todos.

Javier Echeverría, al contrario que el anterior, nos argumenta la gran cantidad de posibilidades que se hallan en las TICs, ya que están promulgando de forma favorable el desarrollo de la inteligencia humana. Echeverría afirma que poco a poco y gracias a las nuevas tecnologías nuestra sociedad se está transformando en una auténtica “Sociedad de la Información” o lo que él apela como “tercer entorno”. Esta nueva sociedad del conocimiento no tiene por qué superponerse a las otras dos organizaciones sociales (agraria e industrial) que conllevan la lengua hablada y escrita, sino que dicho cometido es el de ampliar nuestras posibilidades creando un nuevo entorno multicultural y plurilingüístico capaz de interrelacionarnos sea cual sea nuestro país, etnia, cultura y lengua.

En mi opinión, decantarse por uno u otro de los lingüistas, significaría anular una de las partes de la visión general, tanto negativa como positiva, que nos ofrecen las TICs; pues como nos da a entender Echeverría, nos enfrentamos a una de las enciclopedias electrónicas más grandes del saber, ahora bien, Simone, tampoco se equivoca afirmándonos que dicha enciclopedia debería ser analizada con lupa, pues gran parte de sus conocimientos, además de inaccesibles, podrían ser equívocos e inexactos.

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